Al concluir, Señor un
día más,
me confío a Tí por
entero:
mis progresos y mis
fallos,
mis sentimientos y
mis dudas,
mis afectos y mi
desconsuelo.
Dame paciencia,
Señor, a pesar
de las preocupaciones
que me asaltan,
dame valor para
cambiar en mi vida
lo que debo cambiar;
dame serenidad para
aceptar
lo que no puedo
cambiar.
Te doy gracias,
Señor,
por cuanto hacen los
demás para ayudarme.
Te ruego que esta
noche no te alejes
de cuantos tienen
miedo, o están solos.
Acaricia a los que
sufren;
consuela al que está
angustiado y deprimido;
ayuda a quien vacila
en su fe.
Alivia los
sufrimientos;
infunde paz en las
mentes y esperanza en los corazones.
Haz, Señor,
que en lugar de
maldecir a las tinieblas
esté presto a
encender mi lámpara
para iluminar el
mundo.
Amén.
Autor: Padre Álvaro
Carrasco
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