El día amaneció
triste mamá querida, hoy ya no estoy contigo, Dios ha querido llevarme junto a
Él. Es un lugar tranquilo donde brotan manantiales transparentes con un brillo
que te dejaría sin palabras, donde la paz que reina jamás podrá ser imaginada.
Te estoy mirando y
todos los días estoy contigo,
en cualquier rincón
de la casa estoy junto a ti.
Lloras mucho mama,
y eso me pone triste,
piensa que sólo mi
cuerpo está lejos de ti.
Mi corazón y mi
presencia está contigo, te miro como descansas en mi cama y como rompes en
llanto. No lo hagas mama, aquí junto al Creador pido que lleve paz a tu corazón
para cuando descanses en mi silla sientas mi presencia y me hables... pues mama
yo te escucho.
Quiero que le des
calma a mi papa a mi familia, sé que fue muy repentino y no tuvimos tiempo para
nuestra despedida y tambien lloro por aquello.
Eres madre y tienes
la fuerza que todos necesitan durante mi ausencia.
Mama, si de alguna
manera te puedo dar conformidad te diré que aquí todo es muy tranquilo, es un paraíso
de colores donde he visto personas que antes con mi soberbia no miraba.
¡Qué necios somos
mama, cuando aquí ante Dios somos todos iguales!
-Mi enemigo es mi
amigo, y mi amigo es mucho más que eso-
Si te pudiera
transmitir de alguna manera mi sentir para sacarte todo ese llanto mamita...
Porque mientras tus lágrimas rodeen por tus mejillas yo no tengo calma.
Entiende... era mi hora, nadie puede contra el destino y el mío era irme.
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